Sin embargo nada de esto pasó desapercibido para la RIAA (Asociación Americana de la Industria de Discos) ya que requirieron judicialmente al popular sitio de videos la información del usuario en cuestión: dirección IP, cuenta de correo y todo lo necesario para su pronto localización en una investigación criminal que podría tener graves consecuencias para el implicado.
YouTube no es responsable directo de esta infracción de copyright, pero aún así fue forzado a entregar dicha información por orden legal. Suena tremendo ¿verdad?
A pesar que la RIAA había desistido de las "demandas colectivas" en contra de usuarios que utilicen servicios como Ares, aún están en su derecho de perseguir a quien suba material aún no lanzado al mercado como este concierto de Britney Spears.
Será interesante ver cómo se desarrolla el proceso porque pregúntense por favor: ¿cómo es posible que material de alta calidad, como películas, discos y conciertos lleguen al mercado pirata antes que a las tiendas autorizadas? ¿Es obra de cualquier usuario o alguien muy cercano a cada compañía es el que lo hace?
No podemos saber exactamente qué sucedió en el caso del show de Britney Spears, y tal vez sea un fan regular el que lo grabó con su cámara de alta calidad. Cuando se revelen los datos lo sabremos con certeza.
La piratería y copias bootleg están acabando con la industria. Suena a discurso moralista pero más vale pagar en la medida de tus posibilidades por material original: garantizas la mejor calidad y te evitas problemas tan graves como este.
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